Aun recuerdo con cariño mis días en Inmaculado Corazón. Desde muy temprano el colegio me permitió desarrollar valores como integridad, valentía y perseverancia, y aptitudes como disciplina, organización y responsabilidad, que han sido fundamentales para alcanzar mis metas personales y profesionales.

Gracias Inmaculado Corazón. Gracias a las sisters, a las profesoras y al personal que trabajaron y trabajan allí. Gracias por los valores inculcados, por los conocimientos brindados, por la formación como ciudadano y como peruano. Gracias por las amistades de 40 años que me permitiste forjar.

Al salir del Inmaculado Corazón con apenas 10 años ninguno de nosotros sabía lo que ya teníamos aprendido de por vida en términos de valores como respeto, honestidad, solidaridad y disciplina por mencionar solamente algunos.